El pádel es un deporte que consta de muchas técnicas y formas de desarrollar el partido, según el estilo de cada jugador. Hay quienes son más defensivos, quienes buscan golpes tácticos, y quienes apuestan por un estilo de juego ofensivo. Estos últimos son los que, en todo momento, buscan intimidar al rival para dificultarle el juego. ¿Es una buena técnica? Al igual que las otras, depende de diversos factores.
La conducta intimidatoria
La forma más técnica de intimidar al rival es a través de los golpes. Aquellos que son bruscos, como los remates, son los que suelen ser más efectivos para descolocar al contrario. Pero también hay otras estrategias que pueden ayudarnos. La intimidación parte de la actitud durante el juego, y esta agresividad puede mostrarse a través de gestos o expresiones verbales a lo largo del juego. No hay que confundir una actitud intimidatoria con amenazas al rival ni con maniobras prohibidas para desconcentrar, tales como gritar en mitad de la disputa de un punto o acosar físicamente al adversario reduciendo las distancias en los tiempos entre puntos, ya que podría considerarse como una ofensa.
Para qué sirve
Intimidar al contrario y, sobre todo, conseguirlo, es una forma de ganar parte del juego. Ante un rival de este tipo, el jugador tiende a ser más inseguro y estar siempre a la defensiva, por lo que nos permitirá disputar el partido siempre a nuestro favor y teniendo la iniciativa en casi todo momento. Además, este tipo de juego supone un aumento de la autoestima para algunos jugadores que sienten que tienen el respeto del otro al saber imponerse a través de golpes y actitudes al rival.
Juego psicológico
Hay jugadores que se ven afectados por este estilo de juego y otros a los que no les importa. Lo mejor durante el juego es mostrarse seguro ante el contrario. Si apostamos por intimidar al rival, tenemos que hacerlo a lo largo de todo el partido y estudiar bien esta técnica, ya que el pádel es un deporte con una carga psicológica importante y para algunos es complicado mantener esta tensión durante todo el partido. Hay ocasiones en las que un punto puede perderse no por falta de técnica ni forma física, sino por el planteamiento mental que llevamos al partido.
Si por el contrario, nos encontramos ante un rival que utiliza la intimidación, tenemos que mostrarnos seguros y evitar que nos afecten los desafíos visuales: cruce de miradas, gestos… Hay que tener siempre una actitud positiva ante el juego e intentar estar en ambos lados: la cabeza del rival y la nuestra propia. De esta forma podremos tanto utilizar la intimidación como defendernos de ella.
Hay que tener en cuenta que lo importante en el deporte es el juego limpio, sano y equilibrado, con la competencia justa para que sea emocionante, pero sin llegar a convertirlo en rencillas personales. Sólo de esta forma se disfrutará al 100% de un partido de pádel de una manera sana y divertida.
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